domingo, 31 de mayo de 2015

PRIAPO
 “Me preguntas por qué llevo mis partes sin cubrir;
date cuenta de que ningún dios oculta nunca sus armas”

Falo. Del lat. phallus, y este del gr. φαλλς (phallos, "pene inflado, erecto") y este de la raíz protoindoeuropea *bhel ("inflarse, inflar" y también "florecer").

El término “falo” puede referirse al pene en erección, a un objeto con forma de pene, o una figurilla con forma de genitales. Al falo se le ha rendido culto a lo largo de los años, iniciando dicho reconocimiento desde la época prehistórica. Asimismo, existen diversas manifestaciones culturales en las cuales el pene ha gozado de especial significatividad, dando fe de este hecho un pene de hace veinticinco siglos que constituye el graffiti erótico más antiguo del mundo, y que el arqueólogo Vlachopoulos califica parte de “inscripciones triunfales”.
Existen diversos personajes fálicos de los cuales se posee registro hasta ahora, uno de ellos es Príapo, dios fálico, nacido en Lámpsaco, hijo de Venus y Baco. Según una leyenda, Baco se marcha a una expedición en la India y Venus queda embarazada de Adonis. Hera, diosa de las mujeres y el matrimonio, siente  ira y como castigo ante la falta, hechiza al hijo de Afrodita dotándolo con un pene de dimensiones extraordinarias. Al nacer, su propia madre, escandalizada por la monstruosidad de su hijo, le abandonó. No obstante, esto agradó a las mujeres de Lámpsaco, y luego que sus recelosos maridos le habían echado de la ciudad, tuvieron ellos mismos que buscarlo para que regresara. Una vez allí, fue declarado dios de los huertos, en los cuales se hallaba constantemente desnudo, al aire libre, coronado de hortalizas y con una hoz en sus manos para espantar pájaros y ladrones.
Es así como se erige en símbolo de la fuerza fecundadora de la naturaleza, garante de abundantes cosechas, de la fecundidad masculina, protector de huertos y jardines y con efectos apotropaico, es decir, un mecanismo de defensa capaz de alejar el mal.
La finalidad de “Príapo: patrón del libertinaje” es recrear un santuario priápico en el cual el artista Mayker Dales, a través del dibujo y otras obras que reúnen técnicas mixtas, rinde culto al dios fálico como símbolo de la virilidad. La idea del colosal pene del dios permite de igual modo la reivindicación del miembro masculino del cual se desea recuperar el estado de pureza y naturalidad que ha perdido dada la satanización que la sociedad y las religiones han emprendido en su contra.
Muestra de ello fue la alteración y simbolización por parte de la iglesia, quien además ejecutó condenas, penitencias y ejecuciones (Morali-Daninos, 1992) y emprendió una cristianización que le hizo perder su sentido original. Ejemplo de ello es San Foutin, San Greluchon, San Gilles, entre otros, que no hacían más que evocar al dios Príapo.
La muestra busca despertar el desasosiego y las sensaciones por medio de la  estimulación a través de los distintos recursos que apelan al miembro viril en su estado de firmeza, hecho que ocurre una vez que el cerebro procesa los datos eróticos y envía la señal mediante la médula espinal hasta los nervios del pene. Una vez que esto ocurre, los vasos se dilatan y se incrementa la cantidad de sangre que entra en los cuerpos cavernosos del miembro. Cuando la sangre queda atrapada en estas cámaras, el pene aumenta su tamaño, su rigidez y su dureza consiguiendo así una erección. 
La invitación es para que en esta ocasión el público haga gala de su capacidad creadora al convertirse en espectador en esta muestra que rinde culto al dios Príapo, mencionando además que el artista Dales suele convulsionar el esquema tradicional artístico en su forma de presentar temas generalmente considerados tabúes, así como en el uso que hace de los conceptos transgresores que conforman su propuesta, tratándolos con inocencia y dejando al desnudo el lado más natural del ser humano.
MSc. Isbelia Farías




         Exposición individual /Príapo/ Mayker Dales/2015

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